VACIO!
El origen
El mar Rojo, una entrada de agua de mar del océano Índico situada entre África y Asia, es una de las maravillas naturales más bonitas, fascinantes y exóticas en el mundo. El mar Rojo alberga el arrecife de coral tropical situado más al norte de todo el mundo y es un oasis de seres vivos, arrecifes y formaciones de coral, muchas de las cuales son exclusivas de la región. El mar Rojo posee la mayor diversidad de fauna marina de todos los arrecifes tropicales del mundo y tiene la mayor densidad por metro cúbico de coral del mar.
La biodiversidad única del arrecife vivo de esta magnífica región es nuestra inspiración y el mar Rojo es el origen de nuestras sales, lo que nos permite traerle una combinación de ciencia y naturaleza con el arrecife vivo en cada grano recogido.
Recolección
De las aguas prístinas del mar Rojo, se recoge y transfiere el agua de mar mediante diferentes depósitos poco profundos sometidos a un proceso de evaporación natural bajo el seco calor del sol del desierto.
En el primer depósito, el agua de mar se evapora desde su nivel de salinidad natural de 40 ppt a una salinidad de aproximadamente 250 ppt, lo que elimina todo el calcio y los metales pesados del agua en el proceso. En los siguientes depósitos, la evaporación posterior lleva a la formación de cristales de cloruro de sodio, lo que deja otros iones como el magnesio y el potasio, en una salmuera concentrada.
Al final del proceso de evaporación, se drena esta salmuera. Los cristales restantes de cloruro de sodio sin tratar son sometidos a un proceso propio de lavado y secado para eliminar los elementos orgánicos y otras impurezas.
El resultado final son cristales puros y blancos aptos para uso alimentario de cloruro de sodio que comprenden 47 de los otros elementos presentes de forma natural en el mar Rojo. Este cloruro de sodio enriquecido con elementos forma la base para las mezclas de sal de Red Sea y aporta una fusión entre ciencia y naturaleza en cada grano recogido del arrecife vivo.
Sin niveles excesivos de metales pesados o elementos orgánicos, este cloruro de sodio, con su disposición natural de elementos menores y oligoelementos, representa más del 72% del contenido de las sales del mar Rojo, lo que proporciona un nivel de calidad y homogeneidad casi imposible de conseguir artificialmente.
La fase final del proceso es añadir una mezcla de calcio, magnesio, potasio y otros elementos en consonancia con el cloruro de sodio. Esto se realiza trabajando en pequeños lotes con unas estrictas medidas de control de calidad.
La ausencia de niveles excesivos de metales pesados en nuestros materiales evita la necesidad de aglutinantes químicos que afectan de forma adversa a la función de los espumadores de proteínas.